miércoles, 18 de marzo de 2015

ADOPTO: ¿ Sí o No ?


Me encantan los animales y desde luego creo que los que más nos necesitan son esos que ansían una segunda oportunidad para saber lo que es la felicidad, para recibir lo que realmente se merecen: AMOR (aunque no sea tan incondicional como el que ellos nos dan).


Pero hoy no quería comentar que los veo esenciales para hacernos mejores, que dan mucho más que nosotros, que puedes contar con ellos en momentos difíciles porque consiguen que no nos sintamos solos, que nos relacionemos con el mundo animal y humano y porque ... son los mejores amigos que podemos tener. Hoy no quiero hablar de todo lo positivo que nos regalan, sino más bien quiero que seamos conscientes de la parte menos positiva, que aunque pequeña , existe. Seguramente los que me conocen me hayan oído comentar este tema, y si no se lo habréis escuchado decir a muchos de mis compañeros de profesión. Es muy fácil quedarnos y soñar con lo bonito pero hemos de ser responsables y conocer dónde nos metemos.

Cuando pensamos en aumentar la familia lo primero que tenemos que hacer es eso: pensar. Quizás resulte algo frío pero hay que ser conscientes que ese nuevo miembro estará con nosotros unos 12-15 años (ojalá muchos más !!) y que no viene sólo para 15 días. Que crecerá con nosotros y pasará de ser un cachorro juguetón, curioso y trasto, a ser un adulto activo con el que disfrutar de paseos, excursiones y juegos para terminar envejeciendo haciéndonos compañía en el salón durante esas tardes y noches frías. En cada una de esas etapas (al igual que nosotros) requerirá atenciones especiales que deberemos entender y tomar con paciencia: ese cachorro que juega con lo que no debe, el adulto que necesita pasar tiempo en el exterior relacionándose con el mundo y "gastando" energía o ese anciano que no "aguanta" a que le saquen de paseo.

Otro dato a tener en cuenta es el tiempo que nos demandará y que deberemos compaginar con nuestro trabajo y tiempo de ocio. Según esto deberemos elegir si para nosotros es más adecuado un gato o un perro, o un determinado tamaño o una raza concreta... Y he comentado también que debemos pensar en nuestro tiempo de ocio porque querremos marcharnos de vacaciones y tendremos que barajar las distintas opciones: lugares donde le admitan durante nuestra estancia, que permanezca al cuidado de algún familiar, o buscar una residencia donde se encuentre a gusto y no le afecte nuestra partida.

Por último, y no menos importante, está el gasto mínimo que nos va a suponer. Dependiendo de su raza y tamaño tendrá un determinado gasto en alimentación, en higiene y/o peluquería; el gasto sanitario (por su y nuestro bien): revisión anual en el veterinario, vacunas, desparasitaciones (externa e interna); y otros gastos como adiestramiento, seguros, impuestos... Es verdad que, como todos, pueden existir imprevistos, que enferme y que necesite medicación, pero en nuestros 80-90 años también nos sucede, no?

Insisto que con este escrito no quiero desanimar a nadie pero sí me gustaría que fuéramos conscientes y responsables con lo que supone la entrada de estos amigos tan especiales, que se merecen que nos tomemos un momento a pensar en ellos antes de que nos abran su corazón, evitando así que después se den situaciones de nuevos abandonos ("no sabía cuáles eran sus necesidades", "son muchos gastos", "no tengo tiempo de sacarle de paseo"...). Sólo pido un momento de reflexión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario